jueves, 6 de septiembre de 2012

"A Ponerse la Camiseta del Compromiso Cristiano"Reflexión


Un niño, cuando pierde un juguete, sin grandes problemas se acostumbra a uno nuevo si éste tiene otros atractivos…. pero no cambia la camiseta de su equipo de fútbol.
Este mismo niño, ya adolescente podrá haber cambiado de colegio, lugar de residencia, de polola…., pero no la camiseta de su equipo de fútbol.


Este adolescente, ya joven estudiante universitario, habrá dejado su colegio, sus compañeros, su lugar de residencia paterna, tal vez haya cambiado nuevamente de polola y de gustos… pero no la camiseta de su equipo de fútbol. .
Este joven ya profesional, irá cambiando de trabajo según su propia conveniencia y aspiración personal, habrá dejado atrás la pensión universitaria, una polola nueva le podrá acompañar, pero no cambiará la camiseta de su equipo de fútbol.


Este profesional maduro, habrá cambiado su lugar de residencia, cambiado su auto inicial, sus gustos y lazos de amistad, pero no la camiseta de su equipo de fútbol.

Con los años y por diversas causas, tal vez, cambie de pareja y emprenda una nueva relación buscando su legítima felicidad, pero no cambia la camiseta de su equipo de fútbol.

Otros, dependiendo de las situaciones de vida, roces sociales, aumento de su información política, decepciones de un determinado partido político, pueda que haya cambiado su opción de voto y se haga simpatizante o se adhiera a un determinado partido político muy diferente al inicial, pero no cambia la camiseta de su equipo de fútbol.


Incluso, algunos llegan a cambiar su credo religioso y se hagan bautizar en otro credo o iglesia, pero no la camiseta de su equipo de fútbol.

Un peligro de perder la fuente laboral porque la empresa donde trabaja ya no es competitiva en el mercado, problemas de índole familiar y, de relaciones de amor desgastadas, desencantamiento y decepción de un determinado partido político o de su credo religioso, serán motivo que un hombre decida por otra realidad que le parezca mejor. Todo eso lo podrá cambiar las veces que desee necesaria, pero no cambiará jamás la camiseta de su equipo de fútbol, aunque esté en el fondo de la tabla o haya descendido a una división inferior de fútbol profesional.


El poder de una camiseta es cosa difícil de explicar.
Llámese pasión, pero no lo es específicamente, llámese fidelidad pero tampoco responde cabalmente a ese valor. Pareciera es algo de tal grado de misterio que no tiene explicación, menos será algo racional al parecer del mundo femenino, pareciera.
Pareciera, porque también un porcentaje del mundo femenino vive esta realidad.

La camiseta es una especie de identidad de un individuo. Una identidad con una institución, con una historia. Es una especie de lealtad más allá de lo explicable.

En el mundo masculino, nadie objeta mayormente que un varón cambie de trabajo, de pareja, de residencia. Se objeta, hasta cuando la memoria exista, un cambio de opción política, pero, si cambia de equipo de fútbol (de camiseta), por sus más cercanos, perdón no tendría.

Extraño fenómeno que presento para que los expertos opinen.
El poder de una camiseta.
Que sea feliz.

José Ramón
Profesor de Religión  Y Escritor Aconcaguino - Comuna de Los Andes - Quinta Región Chille

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