lunes, 7 de mayo de 2012

DESARROLLO DEL TEMA : Como Podemos Tener Fe. En San Felipe


El amor nos transforma. La relación de amor más maravillosa, que nos renueva profundamente, es la que cada uno de nosotros puede tener con Dios a través de Jesucristo.
Con frecuencia oigo a la gente decir: “No sé si tengo fe, no ser realmente qué es ser cristiano”. Y es que muchas veces la palabra “Cristiano” la empleamos como sinónimo de un buen tipo, honesto, y así decimos: “es un buen cristiano” o “no es muy cristiano”.
Pero si cristiano sólo significara buen tipo, honesto, todos los que estamos aquí seríamos cristianos. Y algunos podrán señalar: “Yo soy ateo y buen tipo, simpático, honesto, pero eso no me convierte en cristiano.” U otros agregar:
Soy cristiano porque nací en un entorno cristiano.” Sin embargo, eso no los
Convierte en cristianos, porque ¡nacer en un McDonald’s, no los convierte en
Hamburguesas! Hay también quienes dicen: “Yo creo en Dios, yo soy cristiano.”
Tampoco va una cosa con la otra. Porque Satanás también cree en Dios, ¡pero eso no lo hace cristiano!.
 “¿Era usted cristiano al iniciar Alpha?”: Sí, pero sin una verdadera experiencia de relación con Dios”, “creyente pero no practicante”; “no estoy seguro”; “vagamente”; “sí, pero pensándolo bien, ¡puede ser que no!”.
Es como si preguntaran: “Juanita, ¿eres la esposa de José?”, y que ella contestara: “Sí, pero sin una verdadera experiencia de relación; creyente pero no practicante; no estoy segura; vagamente; sí, pero pensándolo bien, ¡puede ser que no!”

Al igual que un trípode descansa sobre sus tres patas, nuestra seguridad de tener una relación con Dios descansa en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo. Para establecer sólidamente nuestra fe cada uno es necesario.
        LA PALABRA DE DIOS.

A la pregunta “¿cómo sabes que estás casado?” puedo responder: “Aquí está mi acta de matrimonio. Es la prueba de que estoy casado.” Es un documento verificable. De igual modo, si me preguntan cómo es que estoy seguro de mi fe, les enseño este libro (la Biblia). Las promesas de Dios en la Biblia nos dan la seguridad de nuestra relación con Él. Nuestros sentimientos no bastan para crear este vínculo porque son cambiantes y pueden fluctuar en función del clima o de lo que desayunamos.


De golpe nuestro ánimo pasó de un extremo a otro. Lo mismo ocurre en nuestras vidas. Ocurre una cosa agradable, nos sentimos de maravilla, y luego llega otra que nos derrumba. Si me fe está fundada en mis sentimientos, un día pienso “soy cristiano” y al siguiente “no me siento bien, hoy no me siento cristiano”.
Más que en nuestros sentimientos, nuestra fe descansa en las promesas
inmutables de Dios. Remitámonos al libro del Apocalipsis, capítulo 3,versículo 20, una de las analogías que la Biblia utiliza para explicar cómo establecer una relación de amistad con Dios. Jesús está de pie frente a la puerta de una casa que representa nuestra vida y dice: “Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3, 20).
“Abrir la puerta”, “volverse cristiano”, “dar su vida a Cristo”, “convertirse”, “recibir a Cristo”, es la misma realidad: Jesús entra en nuestra vida a través de su Espíritu.



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